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Ortodoncia Estética

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ORTODONCIA

ORTODONCIA

Pese a que la ortodoncia ha estado siempre ligada siempre a la juventud y adolescencia, hoy en día, gracias a los avances médicos en esta rama de la odontología, es posible que las personas adultas corrijan las anomalías de su dentadura con un pequeño aparato que, incluso, si se desea puede ser invisible a los ojos de los demás.

Disfrutar de una bonita sonrisa, mantener las encías sanas o, simplemente, comer cualquier alimento sin preocupaciones ni dolor es posible a cualquier edad.

A los 10, 20 ó 40 años. Los aparatos ortodónticos se adaptan a cualquier boca, aunque la edad ideal para realizar el tratamiento es aquella en la que el hueso y los tejidos que sostienen el diente en su sitio están en fase de desarrollo o crecimiento, lo que ocurre, aproximadamente, hasta los catorce años. A partir de ahí y, principalmente, en la época adulta, la adaptación de los dientes a los cambios que se provocan artificialmente es más complicada, pero no imposible.

La tradicional creencia de que gracias a la ortodoncia sólo se logra tener una sonrisa más bonita y unos dientes bien alineados ha quedado obsoleta. Actualmente, gracias a la ortodoncia se evitan otros problemas en las funciones bucales, que minan la calidad de vida de las personas, y se obtienen más ventajas que las puramente estéticas. La ortodoncia permite diagnosticar, prevenir y tratar las anomalías dentales y faciales.

Existen varias patologías, en muchas ocasiones genéticas, que requieren de la ayuda de un ortodoncista como son:

  • Apiñamiento o dientes montados.
  • Ausencia o exceso de espacio entre las piezas dentales
  • Anomalías de la forma: dientes demasiado pequeños o demasiado grandes
  • Desarrollo anormal de la mandíbula
  • Sobre mordida: La coronas de lo dientes anteriores superiores cubren la corona de los inferiores.
  • Submordidas: los dientes inferiores tienden hacia delante o bien los superiores se posicionan muy hacia atrás
  • Mordidas abiertas: cierran dientes posteriores y no los anteriores
  • Mal funcionamiento de las articulaciones temporomandibulares.

Y otras derivadas de hábitos que se adquieren con el paso del tiempo como:

  • Chuparse el dedo (succión).
  • Las causadas por el empuje lingual.
  • Pérdida prematura de dientes.
  • Enfermedades en las piezas dentales .
  • Problemas en las vías respiratorias.

gracias a la ortodoncia, los adultos con estos problemas que en muchos casos se arrastran desde hace años, pueden:

  • Realizar la función de masticación correctamente .
  • Lograr el engarce de todas sus piezas y estructuras, lo que da lugar a no mal oclusiones.
  • Combatir posibles enfermedades periodontales y caries.
  • Evitar la existencia de recovecos, debidos a la mala alineación de la boca, y en los que se facilitan ‘nidos’ de mala higiene.
  • Mejorar relaciones personales: hablar, besar, gesticular (lenguaje no verbal) con más relajo.
  • Evitar los desgastes de las estructuras, especialmente dientes y articulación al tratar de adaptarse la cavidad oral a la oclusión anómala.
  • Ayudar a que no existan zonas más débiles y de mayor riesgo al traumatismo (por ejemplo en zonas sin dientes, dientes que no han erupcionado).
  • Disfrutar de una mejor calidad de vida, ya que sus dientes son capaces de aguantar otras prótesis.
  • Mantener rasgos estéticos, personales y raciales.
  • En el plano estético, lucir una bonita sonrisa.

Valoración previa y tratamiento

En la primera visita, el ortodoncista realizará una valoración previa del estado de las piezas dentales y la boca, en general, hará un examen clínico, un estudio radiográfico y cefalométrico, así como fotografías dentales y faciales, radiografías panorámicas y modelos o ‘moldes’ en yeso de la boca y los dientes del paciente.

Además, antes de comenzar el tratamiento es conveniente sanear la boca, extraer las piezas en mal estado y realizar un estricto reconocimiento en el que el profesional compruebe que las encías se encuentran en buen estado y no hay riesgo de padecer otros males.

El ortodoncista deberá explicar con claridad el tratamiento que se va a llevar a cabo y detallar los posibles efectos secundarios, limitaciones y resultados que se van a obtener, puesto que, en algunos casos, resulta complicado lograr la oclusión perfecta. Asimismo, el paciente debe tener conocimiento de que una vez finalizado el tratamiento deberá utilizar un aparato de retención que se coloca el mismo día que se quitan los brackets.

El tratamiento de ortodoncia en los adultos suele ser más largo que en los niños.

Tipos de aparatos y precios

Los brackets están compuestos de varios elementos:

  • Separadores: se utilizan la primera semana de tratamiento y se colocan entre las muelas. Cuando se quitan, dejan un pequeño espacio en el que se colocan las bandas.
  • Bandas: llevan un soporte para el arco y su función es la de abrazar las muelas
  • Brackets: se trata de pequeñas piezas que se adhieren a la superficie de los dientes. Pueden ser de distintos materiales.
  • Arcos: alambres que unen los brackets y las bandas.
  • Donuts: gomas que sujetas el arco con los brackets.
  • Retenedores: arco fijo que se coloca tras los dientes una vez finalizado el tratamiento de ortodoncia.

La ortodoncia se ajusta periódicamente a fin de lograr los resultados deseados. Los aparatos usados en la actualidad son más pequeños, livianos y con menor cantidad de metal que en el pasado y, en ocasiones, ni se notan. En caso de soltarse aluna pieza, se debe acudir lo antes posible al ortodoncista, ya que “la falta de una pieza puede alterar el movimiento dental y estropear lo que hasta ese momento se ha conseguido.

Los brackets que actualmente se utilizan en adultos pueden ser de oro, de zafiro trasparentes “una de las opciones más demandadas hoy en día”; brackets quick “que acortan el tratamiento. Permiten que el arco se deslice por su interior y así se distribuye mejor la fuerza entre todos los brackets y los dientes se mueven más rápido” y alineadores trasparentes Invisalign, “fundas trasparentes de plástico que se colocan sobre los dientes y que prescinden de los brackets. Sólo pueden usarse en algunos casos concretos, para pequeñas malformaciones”.

Además, existe la posibilidad de utilizar brackets linguales, “aparatos que se colocan en la parte interna de las piezas dentales y son invisible a lo los demás”.

Su principal dificultad reside en la dificultad de colocar los brackets, que requiere una mayor precisión y exactitud, “puesto que la fuerza se ejerce más cerca de la zona de implantación del diente, lo que también redunda en mejores resultados en menos tiempo. Además, la preparación del aparato se hace en un laboratorio y luego gracias a una férula de trasferencia se pasa al paciente”. Su ventaja es que queda oculta a la vista, no se daña el esmalte de los dientes y el periodo de adaptación es más rápido, al tiempo que se evitan roces y pequeños cortes en los labios.

La higiene bucal con ortodoncia

La decisión de colocarse un aparato ortodóncico a partir de cierta edad, requiere una importante inversión monetaria y, en algunos casos, cierta preparación psicológica. Sus efectos son visibles en poco tiempo y son muy duraderos, siempre y cuando durante el tratamiento, y al terminarlo, se sigan las pautas establecidas por el profesional, sobre todo, en lo que a higiene bucal corresponde. El paciente debe abandonar malos hábitos como comer muy rápido, tocar continuamente los alambres, mordisquear objetos o morderse las uñas, ya que se puede provocar la ruptura del aparato. La ortodoncia no provoca por sí sola ninguna clase de patología periodontal, pero sí que puede desembocar en ella si durante el tratamiento no se cuida exquisitamente la higiene. Es importante controlar el nivel de limpieza oral del paciente para evitar estos problemas.

Los aparatos ortodóncicos retienen los restos de alimentos fácilmente por lo que hay que ser “muy estricto en el correcto cepillado diario y el control de la placa bacteriana. Es conveniente que realice tres veces al día, después de cada comida el cepillado y utilice un enjuague diario de flúor”. Asimismo, se requiere la limpieza interdental con hilo dental, que ayuda a eliminar la placa que se acumula en aquellas zonas a las que o alcanza el cepillo.

Para facilitar esta limpieza bucal, existen cepillos de dientes específicos para la ortodoncia. Estos suelen tener las cerdas recortadas en forma de uve, con el fin de limpiar correctamente tanto por encima como por debajo de los brackets. Por otra parte, se ha comprobado que los cepillos eléctricos pueden eliminar más placa que los manuales, e incluso, en el mercado se pueden encontrar cabezas para estos cepillos específicamente diseñadas para usar con aparatos ortodóncicos.

Si la higiene oral es importante no lo es menos la limpieza del aparato “que debe hacerse con sumo cuidado para no romper ningún bracket”. En cada cepillado, se deben sacar todas las partes extraíbles y quitar las cintas elásticas. Posteriormente, se deberá limpiar la zona de alrededor del aparato, cepillando desde la parte superior hasta la inferior.

El cuidado de los aparatos removibles es muy similar. Se lavará diariamente con agua y jabón, “nunca se debe hervir ni usar productos tóxicos para su limpieza” y se evitará guardarlo en el bolsillo, “para que no se rompa y coja pelusillas” .